domingo, 6 de mayo de 2007

Ciencia ficción

"...Los seres humanos no pueden hacer dos máquinas exactamente iguales. Habrá diminutas diferencias: una reaccionará más rápidamente que las demás, o una preferirá el Cadillac como prosa en tanto que otra reaccionará más vigorosamente ante el Ford. En otras palabras, tienen, es decir, tendrían, individualidad...
- Ese es exactamente mi argumento -comentó Van Manderpootz-. Reconoces que esta individualidad es el resultado de una fabricación imperfecta. Si nuestros mediois de fabricación fueran perfectos, todos los robots serían idénticos y esta individualidad no existiría. ¿Es verdad, o no?
- Pues... supongo que sí.
- Por ello arguyo que nuestra propia individualidad se debe a que no hemos alcanzado la perfección. Todos nosotros, incluso Van Manderpootz, no somos más que individuos porque no somos perfectos. Si lo fuéramos, cada uno de nosotros sería exactamente igual a los demás. ¿Cierto o no?
- Bien..., sí.
- Pero el cielo, por definición, es un sitio donde todo es perfecto. Por tanto, en el cielo cada cual es exactamente lo mismo que cualquier otro y en consecuencia cada cual está total y profundamente aburrido. No hay tortura comparable al aburrimiento, Dixon..."

En El Ideal, de Stanley G. Weinbaum. Recopilado en Obras Estelares de la Ciencia Ficción