viernes, 31 de julio de 2009
martes, 14 de julio de 2009
domingo, 12 de julio de 2009
¡Arriba en el cielo están los santos y santas! Todos los santos y santas del cielo, haciendo sus milagros. Arriba en el cielo, ahora amargo. Y cada santo y santa tienen su propia especialidad. Y en cada lugar hay una imagen para pedirle lo que sea necesario. San Isidro hace granar las mieses. Pero no le hablen de lluvias: en eso, por lo menos en las tierras de nuestra historia, es perita la Virgen del Carmen. Pero para prevenir accidentes dentro de las mismas lluvias, ahí está Santa Bárbara. Cuando truena, se la invoca de esta manera:
Santa Bárbara, doncella,
líbranos del rayo y la centella.
Nuestro buen curita predicaba una vez el famoso Sermón de Tres Horas en la iglesia del distrito de Siguas. Puso mucha emoción, gran patetismo, en relatar los padecimientos y muerte de Nuestro Señor. El resultado fue que casi todos los aldeanos feligreses, en especial las viejas pías, se pusieran a gemir y llorar a moco tendido. Confundido el curita por el efecto de sus palabras y no sabiendo cómo remediar tanto dolor, dijo al fin:
- No lloren, hermanitos... Como hace tanto tiempo, quién sabe será cuento.
miércoles, 8 de julio de 2009
En su búsqueda de nuevas formas de expresión a través de la poesía, Romualdo ha pasado por diversas etapas creativas: una inicial, neosimbolista; otra, existencialista; y una tercera, neovanguardista. Sin embargo, a lo largo de todas ellas ha perdurado su compromiso social, así como la inmensa humanidad que transmiten sus poemas, los cuales reflejan una mirada profunda y diferente al ser humano y la sociedad en la que vive. En Romualdo se comprueba el aserto de Rimbaud: que todo poeta es un vidente. A continuación, presentamos el análisis del crítico peruano Camilo Fernández acerca de Alejandro Romualdo, y una selección de sus últimos poemarios.
Charles Baudelaire, poeta romántico antecedente del Simbolismo francés, había señalado que la poesía debía expresar el misterio de la vida y manifestar el universo interminable de las analogías, pues el poeta era un descifrador de los aparentes jeroglíficos que pueblan el mundo. El autor de Las flores del mal decía que el verdadero poema debe alejarse de la forma didáctica: “Describiendo lo que existe, el poeta se degrada y se rebaja al rango de profesor; refiriendo lo posible, permanece fiel a su función, es un alma colectiva que interroga, que llora, que espera y que adivina a veces”. Rimbaud exploró el universo de las interminables analogías en su poema “Vocales” y le asignó a cada una de éstas un color. De ese modo, se alejó de todo discurso didáctico y planteó la idea de que la poesía era una desorganización de los sentidos y ello hacía del poeta un vidente que accedía a una realidad distinta de la habitual. Verlaine escribió: “De la musique avant toute chose”; es decir, la música como principio fundamental está antes que todo y en la génesis del texto poético. El poema era visto como un conjunto de acordes y ello implicaba un arduo trabajo del receptor para completar el sentido que el autor apenas ha esbozado. Mallarmé decía que: "Nommer c'est supprimer les trois quarts de la jouissance du poème qui est faite du bonheur de deviner peu à peu; le sugérer, voilà le rêve". No hay que nombrar, sino sugerir determinadas realidades; he allí la labor del poeta, quien debe huir de todo discurso que imponga conocimientos e ideologías de modo autoritario. La torre de los alucinados como poemario neosimbolista se sitúa en esta tradición: la poesía como sugerencia y alejada de todo discurso didáctico. Ello evidencia que el poeta busca las inacabables analogías y convierte a su texto en una provocación para el lector. Por eso, debemos releer esas páginas de Alejandro Romualdo y comprobar que hay un gran poeta, cuya obra tiene indiscutible vigencia.
Imágenes: carlosmsotomayor.blogspot.com, freeforumzone.leonardo.it, charomendivil.de