lunes, 31 de diciembre de 2012

Más entradas del fútbol (soccer)

Es el deporte más popular, es pasión de multitudes. Es un gigantesco negocio en el que poco a poco se van imponiendo las asociaciones o federaciones futbolísticas europeas, que son las más opulentas. Sin embargo, el llamado "planeta fútbol" encierra pasiones, grandes gestos y daños colaterales como cualquier guerra o pelea callejera. A continuación, noticias de tales gestas.


El crimen también juega

Dos días antes de que recibiera un balazo en la cabeza, a Salvador Cabañas le habían anulado un gol en el minuto 92 de un partido que su equipo el América, perdía 1-0 en cancha del Monarca de Morelia.  El delantero de origen paraguayo fue pillado en posición adelantada y el juez no dudó en señalar la falta.   Segundos después, el equipo contrario anotaría otro tanto y selló así un nuevo capítulo de una larga cadena de decepciones del equipo americanista, cuya hinchada, acaso la más numerosa de México, no sabe lo que es celebrar un título desde hace varios años.

Algo de esa frustración debió estar presente cuando su presunto agreso, José Jorge Baldera Garza, "El JJ", se encontraba en el baño del Bar Bar, un exclusivo centro nocturno del D.F. mexicano, donde hasta antes de la madrugada del lunes 25 de enero solo era recordado por sus generosas propinas.  Según un empleado de limpieza, apenas "El JJ" vio entrar al delantero al servicio trató de iniciar una conversación. "¿Qué pasó, Cabañas?", le preguntó, y recibió por única respuesta el silencio sepulcral del paraguayo.  "¿Qué onda para que el América sea campeón?", volvió a la carga. El delantero, quebrado por la insistencia, le espetó un hosco "¿Y tú quién eres?", a lo que el "JJ", desenfundando una pistola, le respondió: "El hijo de la chingada que te va a romper tu madre", "¡Tírale si tienes huevos!", lo desafió Cabañas, segundos antes de caer derribado por una bala calibre 38, que quedó alojada en su cráneo.  El guardaespaldas de "El JJ" revisó el pasillo y tras corroborar que el camino estaba despejado, salió de la discoteca con su jefe. Cabañas quedó desangrándose en el piso. A "El JJ" no se lo ha vuelto a ver.

El antropólogo y periodista Raúl Castro considera que aunque no existe una relación causa-efecto entre deporte moderno y violencia, ante fanáticos extremos  o grandes rivalidades, el deportista atrae "comportamientos violentos e instintivos" que suelen atenuarse por los mecanismos de control que existen en la sociedad. Sin embargo, en lugares como México donde las mafias han creado un orden paralelo, el control social es muy débil.

El fútbol colombiano ha sido víctima de estos poderes extremos.  El caso más recordado es el asesinato del zaguero Andrés Escobar, el 2 de julio de 1994, a la salida de una discoteca en Medellín.  Escobar tuvo la mala fortuna de integrar un plantel que fue eliminado en la primera ronda de un Mundial que debía ganar con los ojos vendados, tras haber vencido 5-0 a Argentina, en el mismo Buenos Aires, en la fase eliminatoria. Un maldito autogol se entrometió en su camino.

Para el periodista colombiano Fernando Araujo, su muerte fue el desenlace de una historia cuyas primeras páginas se escribieron a inicios de los años 80, cuando los clubes de su país empezaron a manejarse con dinero ilícito y conocidos mafiosos se convirtieron en prominentes dirigentes.  Y en la Copa Mundial del 94, quien dijera que Colombia no iba a ser campeón, "era tildado de antipatria, de traidor".

Escobar había pasado su última noche con unos amigos y cuando abandonaba el local El Indio fue insultado por un grupo de personas, entre los que estaban los hermanos Pedro y Santiago Gallón Henao, sospechosos de tener vínculos con las apuestas clandestinas.  El zaguero pidió respeto sin éxito, perdió la paciencia e insultó a sus atacantes. Uno de los guardaespaldas de los Gallón, Humberto Muñoz Castro, sacó una pistola y le encajó seis balazos. Los Gallón Henao se libraron de alguna sanción por autoría intelectual, mientras que Muñoz Castro, tras ser condenado a 40 años de cárcel, fue liberado en el 2005 por buena conducta.

Esa violencia de la que habla Araujo fue también la que cobró la vida de Albeiro Usuriaga, asesinado de trece balazos el 12 de febrero del 2004, cuando jugaba cartas con unos amigos en un bar ubicado frente a su casa, en Cali.  Al "Palomo", delantero del Nacional campeón de la Copa Libertadores de 1989, lo mandó matar Jefferson Valdez, jefe de una banda criminal, quien estaba enamorado de su mujer. Un chico de 14 años habría sido el encargado de asesinarlo.

Ortiz, Pedro. El crimen también juega.  En El Comercio (Lima-Perú), 09.02.2010



La joya Trezeguet

Con los dos goles que le hizo al Bayern Múnich el miércoles por la Champions, David Trezeguet llegó a 106 anotaciones para Juventus y superó el registro de Michel Platini en la escuadra turinesa.  Claro que Platini era volante de armado y David es centrodelantero neto.  De cualquier modo, los 106 tantos son altamente meritorios porque los marcó en apenas cinco temporadas, poco tiempo.  Y tiene muchos gritos por delante: recién cumplió 28.

Trezeguet es la última joya de Platense, un simpático club de barrio, cuya historia merece más que un ligro, una enciclopedia bien escrita. El capítulo más bello, sin duda, sería el referido a su nacimiento. Corría mayo de 1905 y Buenos Aires estaba salpicada de descampados; los pibes que jugaban a la pelota en la canchita de Posadas y Callao, barrio de Recoleta, buscaban teñir de seriedad el asunto. Primero formaron un equipo, luego querían ser club. La modestia de todos impedía afrontar los gastos que significaba formar la sociedad.

La solución la trajo Antonio Meraggia, un changarín que jugaba en el equipo.  Acercó una fija para el Hipódromo de Palermo. Iba a corre Gay Simón, un caballo del stud Platense que en los aprontes volaba.  Y pagaba bien. Los muchachos rascaron, pidieron, juntaron 5 pesos y se los pusieron a las patas de Gay Simón.  El parejero se portó bien: ganó y pagó una fortuna: 89 veces por boleto. Los 445 pesos de dividendo sobraron para fundar el club.  Hasta compraron camisetas, pelota y un inflador.

¿Cómo lo iban a llamar? Platense, en honor al stud. ¿Y los colores? Marrón y blanco, por la chaquetilla del jockey. Así, hace cien años, nació el club que en 1994 vio debutar en primera a David Trezeguet, el hijo de Jorge, aquel zaguero de Chacarita que jugó en Francia.

Tapado por las deudas, Platense cedió a Trezeguet a un acreedor al que le debía 90 000 dólares. "Dame algo más, mirá que el pibe anda bien", rogó el presidente de Platense. El negociador accedió: "Te doy 10 000 más". Por cien mil dólares, el chico de 16 años se fue al Mónaco. Poco después, el príncipe Alberto Rainiero lo transfirió a la Juventus en 26 millones.

Pero vendrán otros Trezeguet. Platense está por encima de tal contingencia.  Si superó la virtual desaparición de 1971, lo demás es un flan con dulce. Aquel año le pasó todo: en la bancarrota total se fue al descenso, le quedaron libres todos los jugadores por falta de pago, se quedó sin cancha y sin directiva: todos renunciaron. Nadie quería pasar ni por la puerta de Platense. Una señora del barrio, Natividad Gallego de Marcovecchio, hizo historia en el fútbol argentino: asumió la presidencia en lo que parecía el Apocalipsis institucional.

Una mujer se atrevió a lo que ningún hombre. El club era sólo un libro de actas y una pila de deudas. Ni un campo para entrenar, ni un salón para reunirse.

Paradojas: mientras el club calamar (así le dicen) se ahogaba en llantos, su hincha más famoso conquistaba para siempre a Buenos Aires. La dicción perfecta y la voz varonil de Roberto Goyeneche inundaban de tango la ciudad. El Polaco era sinónimo de Platense y hoy la tribuna principal del coliseo marrón lleva su nombre.

La pérdida del estadio y la sede estuvo ornamentada de aristas penosas. Platense alquilaba el predio donde se levantaba su polideportivo (tenía canchas de tenis, frontes de pelota vasca y hasta un velódromo de madera lustrada); un juez ordenó el desalojo y en cuestión de días un grupo de obreros desarmó la cancha. Apilaron prolijamente los tablones, las chapas, los hierros para que alguien se los llevara: eso quedaba de Platense, un poco de materiales usados.

Pero el amor del hincha es tan grandioso como el Himalaya, tiene la consecuencia de los humildes. Se juntó todo el barrio de Saavedra y empezaron desde cero, o desde menos mil. Consiguieron un nuevo predio donado por el municipio de Vicente López, subieron a todos los juveniles al primer equipo y comenzaron a transitar el ardor del torneo del ascenso. En 1976, Platense volvió a Primera; en 1979 reinauguró su estadio, más moderno y amplio que el anterior. En el 1980 fue subcampeona detrás de River. La gloria sobrevolaba el cielo calamar.

Luego vino un nuevo descenso y hoy el "marrón" se debate en la oscuridad de la Primera "B". Pero va a volver, Platense vuelve de todo, como vuelve a verlo Trezeguet cuando le tocan las vacaciones en Italia.

 
Por aquellos días de 1971 todos nos hicimos un poco hinchas de Platense.

Barraza, Jorge. La joya Trezeguet. En DT, suplemento deportivo de El Comercio (Lima-Perú), 06.11.2005



Mismo deporte, distintos actores

Cuando alguien va a comprar un auto, una casa, un perfume, lo primero que le pregunta el vendedor es cuánto está dispuesto a gastar. Natural, pues hay autos de 10000 dólares, de 40000, de 80000, de 200000... La diferencia de costo está dada en la mayor calidad, prestación, confort o confiabilidad de un vehículo y otro.

Días pasados, Champetero, un consecuente lector, envió un comentario al diario "El Tiempo": "Cualquier desprevenido que compare los partidos de la Copa Libertadores con los de la Champions League creería que son deportes distintos".

Desde luego, hay asimetrías.  Para empezar, los escenarios. No es igual el estadio La Independencia, desde donde Boyacá Chico hace felices a los habitantes de Tunja, que Stamford Bridge, el lujoso coliseo cinco estrellas del Chelsea.  Tampoco se parecen el viejo y querido Atahualpa, de Quito, con el Camp Nou del Barcelona.  La cancha de Lanús se ubica en un barrio menos coqueto que Chamartín, donde se erige el Bernabéu. La puesta en escena tan relevante a los ansiosos ojos del aficionado, cambia diametralmente. Menos se parecen los ingresos.  Mientras que un partido de Champions puede dejar cuatro o cinco millones de euros de taquilla, un multitudinario cotejo de Libertadores tal vez alcance 300 000 dólares.  Eso, con toda la furia.  Y en una instancia importante.

Pero, indudablemente, lo que difiere entre un torneo y el otro es la calidad de los actores, incluso de los entrenadores. Sudamérica se daba un pequeño lujo al contar con la sabiduría y la personalidad e Luiz Felipe Scolari. Cuando su talento conductivo trascendió el océano, también fue absorbido por el opulento mercado europeo.  Lo mismo que Manuel Pellegrini o, en su momento, Bianchi, Luxemburgo, Bielsa. Europa capta lo mejor del mundo.  Y lo mejor entre lo más caro. Lo determinan las economías de cada región. Así como México tiene  una liga atractiva a favor del poderío monetario de sus clubes.

Como en los autos y las propiedades, hay delanteros de 10 000 dólares, de 100 000, de un millón, de 10 millones y de 100 (Cristiano Ronaldo). No puede dar lo mismo el portugués que un punterito de Rampla Juniors, que se las rebusca "por 50 y la comida".

Revisábamos en la página oficial del Manchester United la composición de su plantel.  Además de contar con el mejor entrenador del planeta (y el más cotizlares- al Bayern Múnich tras arduas negociaciones.

Cada uno de ellos cobra lo que podría percibir el plantel completo de cualquier club de Paraguay, Bolivia, Perú, Uruguay, Ecuador, Venezuela, etc.

Cuarenta y tres futbolistas de primera línea integran la nómina del ManU. Ello le permite afrontar con totales aspiraciones cuatro grandes torneos al año: Liga, Champions, Copa Inglesa, Carling Cup. Y, eventualmente, el Community Shield, la Supercopa Europea, la Copa Intercontinental.

Es completamente lógico, coherente, que el fútbol que estos individuos desarrollan sea más atractivo que el de estas tierras. Lo contrario sería absurdo: ¿a quién se le ocurriría pagar cifras astronómicas para que jueguen mal? Si no, sería lo mismo un pianista que anima las tardes en el bar de un hotel que un concertista de La Scala de Milán.

A todo ello hay que añadir otra cruel disparidad: allá, las figuras permanecen años en los equipos.  Aquí se van después de dos partidos buenos.  Liga de Quito sufrió la baja de tres figuras fundamentales: Vera, Guerrón y Bolaños.  Y dejó de ser el mejor de América. ¿Cuánto más podrá retener Nacional al chico Lodeiro...? Ya debe de estar su representante preionando para sacarlo, acercando ofertas.  Y en este caso, el futbolista no tiene opción: entre los mil dólares mensuales que debe pagarle Nacional y los 100 000 que le ofrecerá cualquier entidad europea, no hay duda posible.  Aun así, de aquí han ido San Pablo, Inter o Boca y han vuelto triunfadores del Mundial de Clubes.


Con todo, las diferencias no son tan abismales.  Las finales disputadas por Liga de Quito y Fluminense el año anterior fueron memorables, pródigas de fútbol y goles.  Lo mismo las semifinales, en las que Boca fue un protagonista muy calificado.  Cuando jugaron la final Intercontinental Manchester y Liga el juego fue parejísimo, se definió en una jugada. El espectáculo lo aportó Damián Manso, quien con lo que deja de propina Cristiano Ronaldo en un restaurante vive una semana.


También en Champions se ven partidos espantosos. Muchos. Y a esos no los salva ni siquiera la pasión que sí hay en Sudamérica. El mismo Porto-Manchester fue insufrible.  Pasa que muchos se obnubilan con perlas como Chelsea 4 - Liverpool 4. No todos son así.

Los sistemas y la mentalidad son relevantes, pero no desequilibran porque todos juegan lo mismo.  Tampoco ponen el brillo. El Milan no vende abonos por el esquema de Ancelotti. Los vende por Kaká, Pato, Ronaldinho... Bayern Múnich tiembla por la posible partida dce Fran Ribery, su gran crack. Ahora bien, si la calidad no importara para elaborar un buen producto, ¿por qué tiembla...?

Barraza, Jorge.  Mismo deporte, distintos actores. En DT, suplemento deportivo de El Comercio (Lima-Perú), 07.01.2010




Tetas y pelotas

La (Euro)copa está exhibiéndose en su pedestal en el centro de Kiev, Ucrania, uno de los países anfitriones.  Hay largas colas de aficionados esperando por hacerse una de esas estúpidas fotos con la copa.  De pronto irrumpe una veinteañera que se arranca la blusa y tetas al aire se abalanza sobre el ansiado trofeo al grito de "¡Fuck Euro!".

Ocurrió hace un par de semanas y no era la primera vez. Las activistas ucranianas del grupo Femen -la mayoría de ellas menores de treinta años, la mayoría de ellas guapas como solo las ucranianas pueden serlo, la mayoría de ellas estudiantes de carreras como sociología o periodismo- se autodenominan topless warriors y protestan, en este caso, porque el certamen futbolístico fomentará, aseguran, el turismo sexual en Ucrania, un país donde se calcula en 80 000 el número de mujeres que ejercen la prostitución. La quieren parar de pecho.

Ellas se saben bellas -"soy preciosa, lo sé", responde en una entrevista en la recientemente estrenada versión española del Huffington Post, Inna Schenvenko: "busco llamar la atención y de eso se trata"-, y defienden su manera de protestar con una afirmación paradójica: "no somos trozos de carne".

Yo siempre he creído que las tetas (como el fútbol) no deben politizarse.  Pero poniendo en la me pregunto ¿cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer las tetas a este torrente de calamidades, y darles fin con atrevida resistencia? Por lo pronto, hoy empieza la Eurocopa, esa fiesta de tetas y pelotas. Eso que a veces nos falta.

Wiener, Gabriela. Tetas y pelotas. En La República (Lima-Perú), 08.06.2012



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